sábado, 21 de diciembre de 2019

EDUCACIÓN PARA LA VIDA Y NO PARA EL COLEGIO



¿Qué pasa con la educación en  nuestro país?, es una interrogante que nos hacemos todos los años y que aún no encontramos una respuesta. ¿Pésima infraestructura, malos profesores, falta de materiales o poca inversión? El investigador León Trahtemberg tiene la solución, una  propuesta distinta que merece ser escuchada.

Su premisa es que la educación en los colegios debe de preparar a los alumnos para la vida. A primera impresión parece una obviedad, sin embargo, no lo es.
Los esfuerzos de las autoridades apuntan a la mejora de infraestructura y materiales, pero no en recursos humanos, ni en la forma de enseñanza. Se debe de diferenciar la mejora del contexto para impartir clases de la buena educación propiamente dicha.
Trahtemberg afirma que “el problema es que no se está proyectando hacia el futuro”, para lo cual tendremos que eliminar paradigmas en las aulas como aquel que castiga a los estudiantes por errar. Las exigencias actuales del S. XXI son equivocarte para aprender e innovar, sin embargo, la educación en nuestro país continúa caminando por la línea del pasado.
Según el libro de Daniel Oppenheimer Sálvese quien pueda, en el que habla del futuro del trabajo en la era de la automatización, el sistema escolar tradicional, del cual hemos sido víctima por su inactualidad y que Trahtemberg está interesado, en palabras de él, en destruir, proviene de la educación prusiana del S. XVIII cuando el rey de ese país estableció la educación primaria, gratuita, obligatoria y colectiva, con la finalidad de moldear a los estudiantes que a la postrimería se  convertirían en una clase obrera obediente que había aprendido desde muy temprana edad a ir a trabajar todos los días a la misma hora y a respetar a las autoridades.
 “Fue un modelo que sirvió para producir trabajadores disciplinados para las fábricas durante la Revolución Industrial , pero que resulta cada vez menos eficiente en la economía de la innovación del siglo XXI, en la que los robots y los algoritmos están  haciendo trabajos rutinarios y los países necesitan más gente innovadora y capaz de pensar por sí misma”, señala Oppenheimer.  Si alguna vez se han preguntado a qué se debe que en las escuelas los alumnos debían estar sentados en fila, pararse cuando entraba el profesor y escuchar sentados en silencio su clase, la respuesta es a este modelo creado hace más de dos siglos atrás.
En la misma línea, el investigador y exprofesor de la universidad de Yale, critica el sistema educativo tradicional porque forma a estudiantes para un mundo que ya no existe. Este sistema premia  la memorización de datos y fechas más que al que conoce la historia. Por ejemplo, en un examen de Literatura puede venir como interrogante quién escribió tal libro o cuál es el nombre del personaje principal en vez de preguntarte por lo aprendido en la obra. Pareciera que los que han diseñado el  currículo escolar están atrapados en el pasado y por ello no establecen cambios acorde a las necesidades actuales.
Carl Benedikt Frey y Michael A, Osborne, dos investigadores de la Universidad de Oxford, publicaron en 2013 un estudio que pronosticaba que el 47 % de los empleos podrían desaparecer en los próximos 15 o 20 años por la automatización. Los trabajos repetitivos y   memorísticos que se enseñan en los colegios y se aplican en algunos trabajos van a ser reemplazados por máquinas dotadas de inteligencia artificial lo que refuerza la tesis de replantearse la forma de enseñanza en las aulas ya que en el mercado laboral se valorará más las habilidades blandas, el juicio crítico, la creatividad, la innovación y la capacidad de resolución de problemas.

Adaptarse al presente y proyectarse al futuro es una meta que se debe trazar para mejorar la situación educativa en nuestro país, además de utilizar los nuevos conocimientos obtenidos de investigaciones. Por ejemplo, sabemos que los estudiantes no deben perder el interés ni la curiosidad. Gracias a la  neurociencia se ha determinado que el ser humano aprende más cuando experimenta y se emociona, por lo que el uso de las TIC será una herramienta importante en la enseñanza escolar, así como también la realidad virtual y otros recursos tecnológicos.
El exministro de Educación, Idel Dexler, sostiene que es importante que los jóvenes puedan tomar una decisión vocacional al finalizar la vida escolar, por lo que en la escuela los estudiantes deben ir preparándose para que tomen una elección autónoma. Sin embargo, el también investigador peruano  afirma que los escolares no toman una decisión por sí solos ya que todo está establecido. “Si vamos a necesitar a personas que tomen decisiones qué formación les estamos dando”, cuestiona Trahtemberg que defiende la educación holística ya que para él las materias divididas en el sistema tradicional no ayudan a preparar al estudiante para la vida real.

Las voces distintas enriquecen el debate, el planteamiento de Trahtemberg rompe con lo tradicional y sin lugar a dudas invita a la reflexión y lleva a preguntarnos: ¿el colegio nos preparó para enfrentar la vida? ¿La escuela está ayudando a afrontar la adultez y la toma de decisiones de nuestros hijos?

“Smithereens”


Crítica del segundo capítulo de la 5ta temporada de Black Mirror

El segundo episodio de la 5ta temporada de la serie británica Black Mirror titulada “Smithereens” es una invitación a la reflexión sobre cuánto y cuándo utilizamos nuestras redes sociales en el día y hasta qué punto la distracción ocasionada por ellas pueden causar una tragedia.


La historia comienza mostrándonos a Chris, un joven que aparentemente en sus tiempos libres es conductor de una empresa de taxi por aplicativo. En los minutos siguientes nos cuentan más sobre el personaje principal, ya que se sabe dos cosas:   lo primero es que ver a la gente teclear en sus celulares lo irrita y lo segundo es que por algún motivo, hasta ahí desconocido, asiste a reuniones de apoyo de personas que han perdido a un ser querido en el que conoce a una señora mayor que sufrió la muerte de su hija de 20 años  que hace 18 meses se suicidó sin razón conocida.
Chris y la señora se hacen amigos, ella le cuenta que nunca supo por qué su hija se suicidó por lo que para averiguarlo todos los días trata de iniciar sesión desde su red social, pero al no saber la contraseña fracasa en su intento. En esta parte del relato podemos afirmar que en la actualidad nadie nos conoce más que las redes sociales ya que conversaciones y secretos están guardadas ahí. El intento de la madre es en respuesta a lo íntimo del uso de Facebook, WhatsApp, Instagram, entre otras.
El capítulo da un primer golpe cuando Chris aparece en su auto esperando a un pasajero. El lugar de recojo es el mismo: a las afueras del edificio de Smithereens, una red social de ese mundo de ciencia ficción que es parecido a nuestra realidad. Jaden, un aprendiz de la empresa de comunicaciones, sube al auto sin saber que las intenciones del joven conductor era secuestrarlo.
 Al enterarse que el secuestrado era un aprendiz de Smithereens nos encontramos ante una de las escenas más brillantes del episodio en el que Chris monologa: “su maldita aplicación jodió el teléfono de todos. A dónde mires la gente está enganchada como si fumaran…la gente ya no mira hacia arriba, el cielo podría volverse morado y ustedes no se darían cuenta, tú no miraste y estás sentado en la puerta de atrás”.
Lo dicho por Chris es cierto. Hoy, muchas veces, nos perdemos los detalles de la vida por andar con el celular y nos convertimos en víctimas del riesgo tecnológico. Un claro ejemplo son los conciertos en el que ya no estamos más al pendiente de la música sino de grabar con nuestros teléfonos y tomarnos fotos para subirlas a nuestras redes sociales.
La historia continúa tejiéndose. Las intenciones del secuestro a Jaden se conocen cuando la policía acorrala a Chris que  confiesa que solo liberará al becario si logra hablar con Bauer, creador de la red social Smithereens.
A partir de ahí un gran número de policías rodea el lugar y como primer paso se logra contactar al edificio central de la aplicación, ubicado en EEUU, que desde ahí, con la finalidad de conocer más del secuestrador, revisando la información en redes e internet se enteraron que la prometida del joven conductor había muerto en un accidente vehicular, producto de un choque con otro auto que estaba siendo manejado por un conductor ebrio. En estos tiempos la privacidad ya no existe, basta con que subas tu información a alguna red social para que otras personas puedan saber de ti.
Mientras que se busca a Bauer para que pueda hablar con Chris y  por consiguiente Jaden quede libre, algo sutil y paradójico se muestra: la noticia del secuestro se subió a redes, las personas están siguiendo y comentando virtualmente la historia
El rompecabezas se termina de armar cuando Chris logra comunicarse con Bauer y le cuenta qué es  lo que le  ha causado dolor en este último tiempo. El verdadero culpable de la muerte de su prometida fue él, ya que segundos antes del accidente vehicular se distrajo por revisar una notificación que le había llegado de su cuenta de Smithereens. Eso es todo, lo único que quería era contarle ese secreto que lo había atormentado por tres años.
Luego de la confesión, el joven conductor le dice a Bauer que se va a matar, el creador de la aplicación se solidariza con él y le dice que le pida lo que sea. Chris le solicita un favor, recuperar la cuenta de la hija de la señora mayor que conoció en las reuniones de apoyo para que ella pueda ingresar a la red social y buscar información que le permita saber por qué su hija se suicidó.
Aún en el auto y al escuchar la conversación entre Chris y Bauer, Jaden le ruega al joven conductor que no se suicide, intenta desarmarlo, pero la policía al ver el forcejeo piensa que  Chris ha decidido matarlo. La historia termina con el sonido de un disparo de un policía apuntando al joven conductor y con la señora mayor iniciando sesión de la red social de su hija.
La ficción a veces supera a la realidad, casos como el de Chris han sucedido y no solamente ocasionando accidentes vehiculares sino también atropellos, caídas, entre otros, desde golpes hasta muertes. El capítulo nos invita a la reflexión. Sí, las redes sociales son partes de nuestra vida, son muy útiles y sin ellas, después de haberlas conocido, no podríamos vivir. Sin embargo, hay que tomar consciencia sobre su uso en circunstancias determinadas como a la hora de manejar un auto. La tecnología no es mala, los excesos sí.